Sailor Moon
y
y
Los
Star Warriors
Los Star Warriors
Evolution, Episodio Especial.
Capítulo 0.- Dimensión “S”.
SC: 0.06.- Salvando la cena.
Capítulo 0.- Dimensión “S”.
SC: 0.06.- Salvando la cena.
Lita sonreía
tímidamente, mientras uno de los chicos más guapos que hubiera imaginado le
extendía la mano invitándola a bailar. Cabello rubio, una sonrisa espléndida,
elegantemente vestido, mirada segura y confiada. ¡Todo lo que una chica como
Lita podía pedir! Y lo mejor de todo… el escenario… en mar abierto, en mitad de
la noche, a bordo de uno de los más lujosos y elegantes cruceros.
¿Cómo había llegado
ella ahí? ¡Eso no importaba! Lo importante era dejarse seducir, tomar la mano
que se le ofrecía con delicadeza y galantería y avanzar hacia el centro de la
pista, siguiendo la más maravillosa de las melodías románticas. Al terminar la
música, el chico galante acompañó a Lita hasta uno de los balcones, y juntos se
dedicaron a admirar las estrellas.
— ¿Ves lo hermosas
que son? —Le preguntó él. —Brillando resplandecientes en algún lugar lejano del
universo… y aún así, puedo asegurarte que esta noche no hay estrella que brille
más hermosa que tú.
Lita suspiró.
—Solo me falta una
cosa para que esta noche sea perfecta, —dijo ella mientras se recargaba en su
pecho, —y es, saber tu nombre.
— ¡Akemi! —Gritó una
mujer mayor que salió a la terraza en busca del joven galante.
El chico se disculpó
con Lita y fue a atender a la mujer. A Lita le pareció más que oportuno el
nombre del que, por ahora, podía considerar como su pareja: Akemi, que
significa “Hermoso al nacer”. Observando de lejos se dio cuenta que Akemi se
mostró alarmado al hablar con aquella mujer, y de repente ambos entraron
corriendo al salón. Por un momento Lita se sintió abandonada, pues ni Akemi ni
la mujer se despidieron de ella, pero al pensar en la cara de preocupación y
alarma que mostraba su pretendiente, le hizo pensar que tal vez se tratase de
una emergencia. Entonces se levantó y caminó lentamente en la misma dirección
en la que había visto partir a Akemi con aquella mujer.
Le pareció curioso
que el rumbo que llevaban conducía, a través del salón y el comedor, hasta la
parte de atrás, en dirección a las cocinas del barco. Dentro se oía un gran
alboroto. Cuando estuvo ya muy cerca de la puerta, esta se abrió de golpe y
Akemi salió caminando con prisa. Él se sorprendió mucho de encontrar allí a
Lita, así que cuando ella le preguntó lo que pasaba no pudo negarle una
explicación.
—Lita, ella es mi
madre, Sahori Erizawa. —Dijo Akemi presentando a la mujer mayor que lo había
llamado antes, y que ahora salía de la cocina tras él. Lita la reconoció como
una gran mujer de negocios, pues había visto su fotografía varias veces en el
periódico. —Ella es la que ha organizado esta gran fiesta con el motivo de
cerrar un gran negocio con unos inversionistas americanos. El problema que ha
surgido ahora es que nuestro chef en jefe se ha embriagado, se ha tomado como
mínimo 2 botellas de ron, y está bastante indispuesto para preparar la cena.
»Ahora mismo me
dirigía al puente para hablar con el capitán y ver cómo podemos solucionar esta
situación.
— ¿Pero no tiene
todo un equipo de cocineros allí adentro? —Preguntó Lita contagiada por la
mortificación de Akemi.
—Así es, —respondió
Akemi con un suspiro, —pero ellos son solo eso, cocineros. Solo siguen
instrucciones y recetas. Pinches, podría decirse. No tienen la iniciativa ni la
creatividad para preparar un platillo único y especial que sorprenda a los
invitados. En este momento, ellos se limitan a preparar bocadillos para
entretener a la muchedumbre.
— ¡Si ese es tu
problema yo podría ayudar! —exclamó Lita completamente llena de seguridad y
emoción. —Yo apenas estoy cursando la preparatoria, pero una de mis grandes
pasiones es cocinar. Y te puedo asegurar que yo tengo esa iniciativa y
creatividad para crear un platillo único y especial que conquiste e impresione
a tus invitados.
— ¿De verdad podrías
hacer eso, pequeña? —preguntó la señora Sahori completamente conmovida.
— ¡Pero Lita!
—Exclamó Akemi. — ¡Tu vestido, tus zapatos! ¡Eres una invitada, no una
empleada!
— ¡Exacto! Pero
ahora la fiesta y el negocio de tu mamá están en juego, y yo tengo el deseo de
ayudar, no porque valla a recibir algo a cambio, sino porque puedo hacerlo.
El arrojo de Lita
terminó de conmover a Akemi y a la señora Sahori, que le correspondieron con un
fuerte abrazo y la condujeron al interior de la cocina. Lita se acomodó el
vestido para poder moverse con rapidez en la cocina, mientras unos ayudantes le
entregaban una bata. Akemi llamó la atención de todo el personal, y les dio
órdenes específicas de seguir las instrucciones de Lita, y que ella se haría
cargo de la cena. Todos los cocineros y ayudantes asintieron y se dispusieron a
las órdenes de Lita.
Todo marchó de
maravilla. Apenas por arriba de una hora, a los invitados se les hizo pasar al
comedor. Una vez que se hubieron sentado todos (excepto alguno que otro niño
juguetón), pasaron menos de 15 minutos para que entraran los primeros meseros
con el primer platillo de la noche. Conforme fue transcurriendo la cena, los
comentarios de los comensales eran de aprobación y absoluta satisfacción.
En la mesa
principal, el señor Smith hizo llamar a su abogado, y agradeciéndole
infinitamente a la señora Erizawa, dispuso todo para que se firmaran los
documentos mientras esperaban la llegada del postre. Akemi Erizawa fue requerido
como testigo de aquella firma y una vez cerrado el trato, el señor Smith
propuso un último brindis. Brindó por el trato que se acababa de firmar, y por
la señora Erizawa, que había dispuesto aquel hermoso baile y logrado conseguir
un excelente chef que preparara una cena tan deliciosa como la que acaban de
degustar. La señora Sahori le pidió a Akemi que trajera a Lita.
Una vez que
estuvieron presentes los dos jóvenes, la señora Sahori se puso de pie y elevó
su copa para brindar por Lita, dándole todo el honor y todo el crédito por la
deliciosa cena que acababan de disfrutar. Hubo muchos aplausos, felicitaciones
y muestras de satisfacción y admiración por parte de los comensales. Y no
paraba allí. Akemi apretaba su mano con fuerza, transmitiéndole seguridad,
confianza y agradecimiento. Los aplausos no solo venían del frente, Lita volvió
su mirada y descubrió que todo el personal de la cocina, cocineros, ayudantes,
meseros, etc. también aplaudían.
Lita se volvió hacia
Akemi y ambos se miraron con mucho amor. Lentamente fueron acercando sus
rostros hasta que la distancia fue propicia…
Pero en lugar de un
cálido beso, un aire frío y metálico rosó los labios de la joven pareja.
Sorprendidos, ambos giraron su mirada y descubrieron un filoso cuchillo clavado
en la pared, justo detrás de ellos. Mirando en la dirección opuesta
descubrieron al Chef oficial de la cena, completamente ebrio, arrastrando un
par de botellas de ron vacías y empuñando un manojo de cuchillos.
— ¡Este no es tu
triunfo! ¡Esta no es tu cena! —balbuceaba lo que le permitía la embriaguez. —
¡Y todos estos aplausos son para mí! ¡Porque YO soy el chef oficial de este
barco!
—Tranquilo amigo,
—intervino Akemi. —Es solo una cena. ¡Habrá muchas otras que pueda preparar y
obtener el mérito! Siempre y cuando esté sobrio.
— ¡Tú qué sabes!
—Blasfemó el hombre borracho. —Este barco es mío, ¡y esa chiquilla está
usurpando mi lugar!
Y lleno de furia, el
hombre empujó a Akemi contra la mesa que compartían su madre y el señor Smith.
Sin que nadie tuviera tiempo de reaccionar, del cuerpo del chef brotaron
cientos de hojas metálicas y filosas, convirtiéndolo en un terrible monstruo de
navajas y cuchillos. Se agachó para tomar impulso, al tiempo que todo su cuerpo
y las puntas que lo adornaban se teñían de negro y sus ojos resplandecían en un
horrible color rojo. Convertido en una abominación negra y amorfa, saltó sobre
Lita, sumiendo el barco en una terrible oscuridad…
Continuará…
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En el Siguiente sub-capítulo:
Tratándose de rivales, no los
puede haber más temibles que los que son muy inteligentes, tanto como para
meterte en un verdadero aprieto. Y nadie más inteligente, para hacerle frente a
un rival inteligente, que la bella y talentosa Amy. Veamos si ella es capaz de
enfrentarse a un…
SM&SW-0.07: Virus informático.
Las apariencias engañan, y no
siempre esos a los que consideramos nuestros “Enemigos” vienen a ser los “Malos
del cuento”
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