Sailor Moon
y
y
Los
Star Warriors
Los Star Warriors
Evolution, Episodio Especial.
Capítulo 0.- Dimensión “S”.
S.C. 0.08: Puntos de luz contra la oscuridad
Capítulo 0.- Dimensión “S”.
S.C. 0.08: Puntos de luz contra la oscuridad
Rei corría
desesperada por el bosque, en medio de la oscuridad. Aquel enorme monstruo de
ojos rojos la venía persiguiendo. Tenía que encontrar rápido a las chicas. Por
alguna extraña razón, ella sabía que las demás también corrían el mismo
peligro, y tenía que avisarles lo más pronto posible. Pero para eso, primero
tenía que escapar.
El bosque se hacía
más espeso, los arboles crecían cada vez más juntos y la oscuridad era mayor a
cada instante. Para empeorar las cosas, la luna fue cubierta por una nube
negra, igualando el color en el paisaje. El único destello que quedaba ahora
era el de los ojos de aquel terrible monstruo.
Rei se coló entre
los árboles y llegó a un claro, ganándole bastante distancia al monstruo. Era
un momento ideal. Tenía que luchar y defenderse. Tomó su cristal de
transformación y lo elevó sobre su cabeza. Pero antes de poder conjurar su
transformación el cristal se desprendió de su mano y salió volando perdiéndose
en el bosque.
El monstruo derribó
un par de árboles y se abrió paso hasta llegar al claro donde se encontraba
Rei. Entonces ella tomó un talismán, realizó un conjuro y se lo estampó en la
cabeza al monstruo, el cual quedó paralizado al instante. Rei usó ese mismo
impulso para rebotar y salir corriendo en busca de su cristal de
transformación. Pero un ruido entre líquido y viscoso la hizo detenerse. La
estructura gelatinosa del monstruo estaba absorbiendo el talismán y haciéndole
recuperar la movilidad. Así que Rei decidió no perder más el tiempo, y regresar
a la búsqueda de su cristal.
Volvió a internarse
en el bosque, y esta vez la oscuridad era aún peor que la vez anterior. Las
pisadas del monstruo se oían bastante cerca. Al ir adentrándose más entre los
árboles, pronto distinguió un haz de luz, y un sendero libre de ramas y
obstáculos que conducía hacia él. Rei se dio prisa, el origen de la luz no se
veía tan cerca. Tras recorrer unos cientos de metros distinguió una figura
redonda de la que emanaba esa luz, como si un pedazo de la misma luna hubiese
caído en esa parte del bosque. Pronto pudo distinguirlo mejor.
Se trataba de una
mesa redonda de piedra color blanco plateado, igual que la luna. Sobre la mesa
estaban los cuatro cristales de transformación y en el centro el prendedor de
Serena. Rei quiso acercarse y tomarlos, pero a menos de un metro de ellos chocó
contra una pared invisible, un campo de fuerza. El choque la hizo caer de
espalda. Se incorporó e intentó atravesar la pared por varios ángulos, pero era
imposible, la mesa estaba rodeada. Viéndola con más tranquilidad, cubriendo la
mesa con una exactitud milimétrica, una gran cúpula de cristal se extendía por
lo menos un metro sobre la altura de la mesa y hasta el suelo. En la parte más
alta de aquella urna de cristal había un reloj de arena, hecho de un extraño
metal azul y un cristal transparente y a la vez tan resplandeciente como la
misma urna sobre la que se encontraba. Más curioso aún era que, en lugar de
arena, del reloj caían pequeñas piedras brillantes color blanco y con forma de
estrellas diminutas.
De pronto la
atención de Rei se vio interrumpida. El monstruo también había tomado en
sendero y ahora se encontraba muy cerca
de ella. Rei estaba en un callejón sin salida. Tras de la mesa con los
cristales había una pared de roca, una montaña, que se extendía en forma de
media luna, dejándolas a ella y a la mesa encerradas en el centro. Para agravar
un poco más la situación, el monstruo agitó una de sus manos, y una gota de la
sustancia negra y viscosa que formaba su cuerpo salió disparada, atravesó el
campo de fuerza y se estrelló contra la cúpula de cristal. Eso era terrible,
porque significaba que el monstruo podía tomar los cristales, incluyendo el
cristal de plata, y Rei estaba dispuesta a sacrificar su vida para impedirlo.
El monstro ahora tendría
que dar un solo golpe, uno certero, y todo habría terminado… la última estrella
había caído al fondo del reloj… El monstruo levantó su garra y la parte
superior del reloj estalló. Mientras el monstruo dirigía su golpe al rostro de
Rei una estrella salió volando desde el fondo de los restos del reloj y a toda
velocidad atravesó, primero el campo de fuerza y luego el brazo del monstruo.
Rei se sorprendió al
darse cuenta que aún no recibía el golpe. Abrió los ojos y se sorprendió aún
más al descubrir al monstruo tratando de atrapar a la estrella como si se
tratara de un insecto, pero cada vez que la estrella lo tocaba a él le hacía un
daño terrible. Aún cautivada por la sorpresa, Rei permanecía recargada contra
el muro invisible contemplando la actuación del monstruo. Éste logró capturar a
la estrella, pero esta, aumentando la intensidad de su luminosidad desintegró
la gigantesca garra que la aprisionaba.
— ¡Aléjate de mí!
—Bramó el monstruo feroz contra la
estrella. —No puedes impedirme apoderarme de mi objetivo.
— ¡Y tú sabes que yo
no puedo permitirlo! —Respondió la estrella con una melódica y encantadora voz.
—Sabes que mi objetivo es expandir mi luz a través de la eternidad y proteger
todas las estrellas y planetas para que sigan resplandeciendo con su propia
luz.
Rei escuchaba con
mucha atención y no cabía en sí del asombro. Para ella, la estrella era muy
pequeña, tanto que apenas superaba el tamaño de un grano de arena para un
reloj, y el monstruo era un gigante, posiblemente tan alto como uno de los
árboles más viejos de aquel bosque. Y aún así, la pequeña estrella estaba
dispuesta a hacerle frente al monstruo con tal de protegerla.
En ese momento, de
los ojos vacíos del monstruo volvió a encenderse el destello color rojo y
disparó un poderoso rallo contra la pequeña estrella, estando a punto de
fulminarla. Un sonido similar al de copas de cristal chocando unas contra otras
se escuchó a la espalda de Rei, y un puñado de nuevas estrellas salió volando
para proteger a la primera estrella, salvándola del rallo fulminante.
Rei vio que las
estrellas seguían siendo muy pequeñas y consideró que el peligro seguía siendo
imponente. Y ella por su parte se sentía impotente, pues no podía permitirse
abandonar los cristales y dejarlos expuestos.
Las estrellas
atacaban al monstruo de manera feroz, y le daban problemas para mantenerse en
la batalla. El monstruo cayó de espalda haciendo vibrar el piso. Se levantó aún
más furioso que antes y contraatacó. Entonces las estrellas hicieron una
formación en forma de flecha para recibir al enemigo. Fue entonces que Rei las
pudo contar, eran 16 estrellas. El monstruo avanzó a toda velocidad. Si las
estrellas no lograban detenerlo, el monstruo se iría directo sobre Rei y
después sobre los cristales. Las estrellas aguardaron en su formación de flecha
y avanzaron igualando la velocidad del monstruo. De repente, Rei vio que las
estrellas se constituían en una figura humana de la que brotaron unas alas
hermosas que podrían ser de ángel, de no ser porque eran muy redondas y no tenían
plumas. El impacto se dio, la explosión fue voraz y se expandió por gran parte
del bosque, envolviendo también a Rei en ella.
Continuará…
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En el Siguiente sub-capítulo:
Es el turno de Haruka y
Mishiro. La diferencia es que ellas no son atacadas por ningún monstruo. Sin
embargo una de las más poderosas sensaciones invadirá sus corazones, mientras
extraños destellos aparecen entre las estrellas
SM&SW-0.09: Chispas en las estrellas
Es tiempo de hacer nuevos
planes… y tomarse un buen té antes de dormir, para evitar las pesadillas.
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