sábado, 21 de julio de 2012

Sailor Moon y Los Star Warriors; Capítulo 0.29


Sailor Moon
y
Los Star Warriors
Los Star Warriors Evolution, Episodio Especial.
Capítulo 0.- Dimensión “S”.
S.C. 0.29 – El lago Motosu-ko.
Haruka y Mishiro estaban exhaustas después de un largo viaje. El espejo de Mishiro las había guiado en dirección al monte Fuji, pero al irse acercando las hizo girar su camino rumbo al lago Yamanaka. Allí descansaron un día e hicieron varias preguntas sobre lo que estaban buscando. Al día siguiente viajaron más al norte, hasta las ciudades de Fujiyoshida y Fujikawaguchiko. Allí tuvieron respuestas muy interesantes. Al parecer muchas personas habían venido huyendo desde el lago Motosu-ko y el poblado de Narusawa. El espejo confirmó las declaraciones de las personas, así que, después de dos días de indagar por la ciudad, partieron rumbo a Narusawa.
Al llegar al pueblo lo encontraron casi desierto. A simple vista podrían asegurar que, como máximo, estaba sólo la mitad de la población. Un aura maligna se podía sentir por todo el lugar. Recorrieron el pueblo y localizaron un hotel abierto para pasar la noche.
— ¿Qué tienes, Haruka? Te ves tensa.
Haruka respiró sin apartar la mirada de la ventana. Hizo un esfuerzo por relajar los músculos antes de responderle a Mishiro.
—No me gusta cómo está pintando la situación. —Explicó. —Tanta gente no pudo abandonar así como así sus hogares y negocios. Mucho me temo que estemos a punto de enfrentarnos a algo que no esté a nuestra altura, sino muy por encima de nosotras.
—Yo también estoy preocupada —Mishiro se acercó hasta Haruka y la abrazó por la espalda. —Pero deberíamos aprovechar este viaje y el hecho de que nos encontremos solas.
— ¿Tienes ganas de hacer algo divertido? —Respondió Haruka mirándola por encima del hombro. —Será difícil con tantos negocios cerrados.
Salieron a la calle y, tal como habían supuesto, no encontraron ningún negocio abierto. Se podía decir que de noche parecía mucho más tenebroso que de día, mucho más vacío.
Estacionaron el auto a la orilla de la carretera, donde podían disfrutar de un maravilloso paisaje nocturno en medio de todo el terror que se vivía.
—He detectado algo con mi espejo, —confesó Mishiro. Haruka la miró extrañada por lo que podía esperar de esa declaración. —Ha habido movimientos en el espacio. Algo diferente a lo que estamos siguiendo, pero que al mismo tiempo no es nuevo para nosotras.
— ¿Qué quieres decir?
—Que hubo una fuerte actividad reciente en el centro de la galaxia, y poco después en uno de sus extremos. Aunque estaban rodeadas por esa energía del bien que sentimos hace unos días, las presencias más poderosas que percibí me resultan muy familiares.
—Eso debe significar que Sailor Galaxia y aquellas chicas también deben saber lo que ocurre. Deben estar intentando algún movimiento. —Conjeturó Haruka.
— ¿Crees que sea bueno que regresen las Sailor Star Lights o Sailor Galaxia? Quiero decir… recuerda que no nos llevábamos muy bien con ellas… ¿Y qué podemos esperar de Sailor Galaxia?
—Bueno, las Sailor Star Lights se ganaron nuestra confianza cuando lucharon por proteger a nuestra princesa. En cuanto a Sailor Galaxia… si ella llega a venir aquí… tendremos que averiguar cuáles son sus intenciones. De cualquier forma, en este momento, y según parece, necesitaremos toda la ayuda posible.
———— O ————
Al día siguiente desayunaron en el restaurant del hotel y luego fueron a recorrer la ciudad. Pronto llegaron a un mercado y entraron para ver como si se tratara de simples turistas. Cuando estuvieron frente a un puesto de antigüedades creyeron que era el momento oportuno para indagar.
— ¿Quedará aún mucho camino para llegar al lago Motosu-ko? —preguntó Haruka, y aunque ya esperaban la reacción de la gente, no dejó de sorprenderles.
Empezando por un gran golpe de silencio que invadió todo el lugar, seguido de un par de miradas acusadoras que atravesaban a las chicas como espadas de hielo, la gente se apuró, en el mismo silencio, a recoger su mercancía de forma discreta hasta desaparecer del mercado lo más rápido posible. De pronto, Haruka y Mishiro estaban en un lugar completamente desierto y aterrador. Solas… Bueno, casi solas… sólo una mujer anciana con un gran costal a cuestas permaneció observando a las chicas con detenimiento.
—Parece ser, señoritas, que no aprecian sus propias vidas.
— ¿A qué se refiere, señora? —Preguntó Haruka con evidente confusión.
— ¡Nadie va al lago Motosu-ko! No en estos días. A menos que deseé desesperadamente la muerte.
Haruka y Mishiro voltearon a verse mutuamente. Tenían en los ojos una mezcla entre miedo, confusión y satisfacción de que posiblemente ya habían encontrado lo que venían a buscar. Entonces Mishiro se dirigió a la mujer.
— ¿Qué quiere decir, señora? ¿Qué está pasando en el lago?
—Hace poco más de una semana… casi dos… cayó del cielo la más terrible sombra de maldad que nadie haya imaginado. Tal vez no hubiese sido algo que nos perjudicara, ya que calló en el océano, muy lejos de cualquier persona. Pero aquella sombra, junto con toda su estela, se abrió paso a través de las entrañas de la tierra para llegar hasta nuestro querido lago. Ahora todo está infestado. La maldad llena el aire como la bruma y asfixia como el vapor. Pocos lograron escapar. La terrible sombra y sus horrendas criaturas mataron a muchos. Algunos quisieron volver para enfrentarlo, pero fueron aún menos los que volvieron, totalmente enloquecidos. Sólo decían incoherencias. Se les ha escuchado decir que aquella sombra… se trata del Verdadero Rostro del Mal.
Un aire frío recorrió las venas de las chicas y cada una buscó seguridad en la mirada de la otra. Y cuando volvieron la vista para buscar a la mujer, ésta había desaparecido.
—Ahora podemos estar seguras de que es allí a donde tenemos que ir. —Aseguró Haruka.
— ¿Crees que sea prudente? —Quiso saber Mishiro. — ¿No deberíamos…? No sé… ¿Tratar de contactar a Setzuna y a Hotaru, o a las chicas? ¿O esperar por si de verdad van a venir aquellas chicas?
—Es demasiado arriesgado… esperarse o poner en peligro a las demás, sin saber primero a qué nos enfrentamos, no tiene sentido. Pero no te preocupes, seremos prudentes. Procuraremos sólo observar. Si tenemos que enfrentar algún enemigo nos aseguraremos de no morir sin permitir que las otras sepan que están en riesgo.
Mishiro asintió. Entonces tomó la mano de Haruka y juntas regresaron al automóvil deportivo para continuar con su viaje.
———— O ————
El lago Nikko-Shi mostraba un aspecto desolador. Aquellas aguas, antaño azules y brillantes, ahora eran negras y sucias. El viento no producía olas, y el aire olía a muerte y a carne putrefacta. En algunos lugares cercanos a las orillas se podían distinguir los restos de algunas casas y chozas destruidas, y no precisamente por las fuerzas de la naturaleza.
El auto deportivo recorrió trabajosamente el camino destruido, el cual, a pesar del asfalto, pronto terminó reducido a algo menos que terracería. Pronto se hizo visible una construcción que desencajaba completamente con el paisaje… lejos del camino que el auto seguía, e internado en alguno de los lugares más inaccesibles del litoral del lago, un magnífico, aunque ruinoso castillo estilo Inglés de la edad media. Con una excavación alrededor rellena con el agua del lago para formar un foso, sobre el cual se tendían los restos de un destartalado y astillado puente levadizo, la monumental construcción de piedra parecía desmoronarse como si fuese de arena.
Haruka estacionó el auto a un costado de lo que quedaba de la carretera, y continuaron el resto del camino hacia el castillo a pie. Mishiro se estremeció, porque mientras más avanzaban, más intensa se hacía la sensación de maldad que invadía el ambiente. Y no se diga del olor, rancio y putrefacto. Pronto se hicieron visibles los restos de plantas y animales destrozados y medio devorados. Incluso llegaron a encontrarse con restos humanos. Las visiones eran horribles. Llegaron hasta el castillo sorteando los peligros que el mismo estado físico del lugar presentaba. Entonces se dieron cuenta, la situación era terrible, más aún de lo que imaginaban. Los ruidos desgarradores, los gritos de dolor, la gran cantidad de energía maligna que emanaba desde lo más profundo del subsuelo… y no se trataba de que estuviesen matando a algún inocente… se mataban entre ellos… voces y sonidos cuya humanidad era altamente dudable… eran miles… millones…
—Y no sólo es eso, Haruka. —Mishiro sostenía su espejo en lo alto examinando el lugar a consciencia. —Todas esas presencias malignas podrían parecer una sola en la distancia, pero creo que son eso a lo que aquella mujer se refería como la “estela” de la sombra, porque mi espejo puede identificarlos a cada uno independientemente. Pero ninguno de ellos es el ente maligno que había detectado en un principio, y dudo mucho que se trate de la “sombra” a la que se refería la anciana.
—Tienes razón, Mishiro. Parece ser que ahora sí estamos en verdaderos problemas. Será mucho peor que haber atravesado el infierno. Lo bueno, como aquella vez, es que tú estarás a mi lado. —Guardó silencio y estrechó fuertemente la mano de su compañera, mientras ésta apoyaba su cabeza sobre el hombro de la primera. —Necesitaremos más ayuda de la que creíamos. Será mejor que salgamos de aquí.
Ambas asintieron y empezaron a retirarse sigilosamente de aquel lugar. Pero su salida no fue tan discreta como ellas esperaban. Una pequeña ráfaga de viento se atravesó en su camino y un gran pedazo de roca cayó desde una torre y se rompió en pedazos, uno de los cuales golpeó el hombro de Mishiro. No solo el golpe, también el susto de lo repentino de lo ocurrido la obligaron a soltar un fuerte y agudo grito de dolor. Y lo malo no fue el grito, sino el ensordecedor silencio que le sucedió.
Fue menos de un segundo lo que tardaron en reaccionar, pero fue justo a tiempo, justo antes de que miles de pasos en estampida se escucharan subiendo por los túneles subterráneos. Haruka y Mishiro cruzaron velozmente el destartalado puente y se internaron en la vegetación. Completamente agitadas, pudieron darse cuenta que la cantidad de pasos que las seguían habían disminuido, seguramente habían delegado a un responsable en turno en el que tantos monstruos confiaban que pudiera hacerse cargo de cualquier problema. Haruka dejó a Mishiro que se adelantara mientras aprovechaba para echar una rápida mirada atrás y confirmar sus sospechas. Y así fue. Una gran aleta y una larga cola de reptil se levantaban sobre la altura de la hierba pronosticando la posible apariencia de su único perseguidor.
Cuando Haruka le dio alcance a Mishiro la hizo tomar un sendero alterno para despistar al monstruo, pero ambas tropezaron. En el suelo descubrieron a una niña pequeña, tal vez de unos 10 ó 12 años, muy desnutrida, y completamente inconsciente. Mientras asimilaban su descubrimiento el monstruo apareció atrás de ellas descubriéndose al paso de un alto follaje. Y no fue lo único. Frente a ellas, tras otro montón de hierba crecida, un hombre completamente enloquecido y portando un arma apareció gritando y amenazando al monstruo. Haruka y Mishiro rodaron en direcciones opuestas, dejando entre ambas a la niña inconsciente, al monstruo y al hombre desquiciado que le disparaba a éste vaciando su arma sobre él.
El monstruo no se preocupó por esto. Las balas rebotaban en su piel sin hacerle el menor daño, lo cual paralizaba de miedo a las chicas. Cuando el arma se quedó sin balas, el monstruo sujetó al hombre y comenzó a extraerle la energía hasta que todo su cuerpo se desintegró en miles de puntitos de luz azul que se dirigieron en automático al hocico de la bestia. A través de la hierba, Haruka le hizo señas a Mishiro. Era el momento de actuar. Entonces el monstruo se dirigió a la pequeña que yacía dormida en el suelo.
—Por el poder del planeta Urano ¡Transformación!
El monstruo se posó sobre la niña y la olfateó para disfrutar del banquete que le esperaba.
—Por el poder del planeta Neptuno ¡Transformación!
El monstruo levantó a la niña sobre su cabeza, abrió el hocico y comenzó a extraer la energía
— ¡Tierra, Tiembla!
— ¡Maremoto de Neptuno!
Los ataques de poder tomaron por sorpresa al monstruo, que ante el impacto dejó caer a la niña. Sailor Uranus saltó para atrapar a la pequeña en el aire antes de que se hiciera daño, al tiempo que, esta vez, el cuerpo del monstruo convulsionaba y estallaba en puntitos de luz azul. Ahora los puntitos penetraron en el cuerpo de la niña a través de su piel.
— ¿Ella se encuentra bien, Sailor Uranus?
—Parece que estará bien. Con esos extraños puntos de luz ha recuperado la respiración y algunos de sus signos vitales. Pero será mejor que la llevemos a un hospital para asegurarnos que se recupere. Además, nosotras debemos salir de aquí.
Las dos Sailors salieron del paraje y se dirigieron a su automóvil. Sailor Uranus colocó a la niña en el asiento trasero y luego rodeó el carro para ocupar su lugar. Cuando Haruka se puso al volante ya la esperaba Mishiro. El auto se puso en marcha y se alejaron rápidamente de aquel terrible lugar…


Continuará…

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En el Siguiente sub-capítulo:
El primer plazo se ha cumplido. Adrián cumple su promesa y él y Luis están muy próximos a hacer contacto con las chicas. Pero algo sale mal. Una presencia en el túnel del tiempo anuncia un final inesperado. Algo terrible está por ocurrir.

SM&SW-0.30: Proximidad; Una presencia en el túnel del tiempo.

“Él” ha regresado… el final, apenas es el principio…

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