sábado, 17 de diciembre de 2011

Sailor Moon y Los Star Warriors; Capítulo 0.20



Sailor Moon
y
Los Star Warriors
Los Star Warriors Evolution, Episodio Especial.
Capítulo 0.- Dimensión “S”.
S.C. 0.20 – La idea de Anthony
— ¡Ya les había dicho que yo tengo un plan! Pero Luis no ha acabado de explicarme. —Reclamó Anthony.
—Es cierto, te lo había prometido. —Se disculpó Luis a su vez. —De acuerdo, esta es la explicación. Dije que íbamos a tener que hacer un contacto doble con las chicas: Uno como Star Warriors y otro como Estrellas de Fuego.
»En ambos tenemos objetivos compartidos. El primero y primordial es el de protegerlas. El segundo consistirá en proporcionarles toda la información que ellas necesiten, acerca de nosotros y nuestro enemigo… ¡Claro! Sin permitir que ellas hagan la conexión entre nosotros y nuestras identidades. Recuerden que esto aún debe quedar en secreto. También deberemos explicarles lo que haga falta decirles acerca del Poder Evolution y todas las implicaciones que trae consigo. Si es necesario, también, les hablaremos de la historia completa de los Star Warriors y los niveles de poder.
»Al final, el gran objetivo general de esta misión de encuentro será de simple contacto, a través del cual, ellas deberán poder confiar en nosotros, tanto como Star Warriors como en nuestra forma “normal” de Estrellas de Fuego, y sin que relacionen ambas identidades.
»El problema, que creo que tú ya resolviste, es el cómo lo vamos a hacer. ¿Cómo justificar nuestra presencia y cercanía tan repentinas?
Anthony guardó silencio y comenzó a caminar en círculos por la habitación. Sopesó la información que le acababa de dar Luis y recapituló mentalmente todo lo que llevaban del plan hasta ahora. Luego se detuvo frente a Luis y mostró una enorme sonrisa.
— ¿Qué te parece un intercambio escolar? ¡Bueno! No un intercambio. Un encuentro. ¡Haz de cuenta! Las industrias Goldstar patrocinan a diferentes estudiantes privilegiados, o prodigios, en cuyo perfil encajamos perfectamente, para un encuentro de intercambio académico-cultural. Venir como parte de un paquete, no sólo nosotros… digamos… mezclarnos entre unos 40 ó 50 estudiantes. El lugar del evento sería en la misma escuela donde estudian las chicas, y puede ser tan largo o tan corto como lo necesitemos, ya sea un par de días o todo un ciclo escolar. Ya manipulamos nuestras edades para que sean compatibles con ellas. Podemos, a la perfección ser también estudiantes. Eso garantizaría que estemos con ellas, al menos durante el tiempo de escuela… Bueno, esa es mi idea.
—Suena… ¡Interesante! —Opinó Alannan.
— ¡Es genial! —exclamó Luis, mostrando satisfacción por el buen plan que le proporcionaba su compañero. Anthony era muy imaginativo y creativo. Por lo regular siempre tenía muy buenas ideas. —Solo haría falta pulir un par de detalles, pero creo que puede funcionar.
—Tendríamos que volver al pasado un par de meses para poder ajustar el plan y que cumpla con los requisitos legales necesarios. —Opinó Jennifer.
— ¡Yo tengo otra idea! —Intervino Eni. —He visto que en algunos programas de intercambio sale un hijo, miembro de alguna familia, y esta familia recibe a otro estudiante extranjero. Como si las familias, en ambos países o ciudades intercambiaran hijos, y no solo las escuelas. No me agrada mucho exponer así a Luis —dijo mirándolo con recelo, —pero creo que la situación lo amerita. Además de que aquí, los locales no abandonarían sus hogares… me imagino, más bien, como un programa de anfitriones, donde los residentes locales reciban a los extranjeros en sus casas mientras que dura el intercambio. Podríamos procurar que, por lo menos las cinco chicas más importantes, participen en el programa y que algunos de nosotros nos hospedemos con ellas. En especial, aunque me duela decirlo, sería muy importante que Luis pudiese hospedarse con la familia de Serena. Así garantizaríamos estar más tiempo a su lado. Tiempo extra, aparte del que compartiríamos en la escuela.
—Hablando de tiempo extra. ¡A mí se me ocurre algo más! —Esta vez la que participó fue Alejandra. —Bueno, no es que quiera parecer lambiscona o algo similar. Pero creo que nosotros cuatro, los Light Warriors, somos los que más recientemente nos hemos unido a este equipo. Yo en lo personal tuve la oportunidad de recibir entrenamiento personalizado, y debo decir que fue una experiencia muy gratificante y satisfactoria. ¡Gracias a mi Entrenador, Alannan! Pero a lo que voy. No solo Alannan, sino varios de nosotros tenemos experiencia en el campo de batalla y como entrenadores y desarrolladores de planes de entrenamiento. Algunos otros tenemos experiencia como docentes o instructores. Por otro lado quisiera decir: tengo muy poca experiencia en cuanto a Estrellas de Fuego se refiere. Pero siempre me ha parecido un grupo muy hermético, muy cerrado. Si es la pantalla que queremos usar en esta dimensión, y a la vez queremos que las chicas se acerquen a nosotros, creo que no va a funcionar. ¿Pero qué les parece, abrir las Estrellas de Fuego al público, específicamente a ellas, las Sailor Scouts? Me refiero a hacer una especie de taller o curso, hablando del intercambio académico, donde demos un entrenamiento especial, en el que, obviamente, ellas van a sobresalir y serán las que mejor lo aprovecharán. Así también cumplimos el objetivo de proporcionarles información.
Todos rebosaron de alegría. La idea de Anthony finalmente le había dado forma al plan para acercarse y proteger a las Sailors, y además, había despertado nuevas ideas complementarias en todos, así que todos podrían participar en la logística. Con la colaboración de todos, el plan estaba casi completo. Ahora solo restaba un detalle que a Luis le seguía haciendo ruido.
— ¡Es perfecto! —Exclamó. —Pero aún nos resta un detalle importante. Necesitamos una primera impresión que provoque impacto. Algo que nos abra sus corazones y casi, casi, nos tenga asegurada su confianza y su amistad.
— ¡Tú deberías saber cómo! —Era el turno de participar de Adrián. —Después de todo eres el “Príncipe Rompecorazones”. ¿No?
— ¡QUE DICES! —Los celos de Eni no se hicieron esperar ante el comentario de Adrián.
— ¡Tranquila! No me refiero a eso. Simplemente se me ocurre, que la mejor forma de conquistar a una chica es con un príncipe azul. Y nosotros ya tenemos un príncipe, que además sabe cómo llegar a los corazones.
— ¡Pero Serena Tsukino ya tiene novio! —Rebatió Eni.
—Pero las demás no.
— ¡Pero yo sí tengo novia! —Interrumpió Luis. —Además, no se trata de enamorarlas, o de iniciar relaciones que no vamos a poder sostener.
— ¡Auch! ¡No me entienden! ¿Cómo hacen los príncipes para conquistar a las doncellas en los cuentos? ¡Rescatándolas de grandes calamidades! Luchan contra dragones, las rescatan de los bandidos, matan ogros y gigantes, escalan torres altísimas, desafían magos, brujas y hechiceros, rescatan y les ofrecen los más maravillosos tesoros del planeta. ¡A eso me refiero! Esa primera impresión que buscas. Debemos ayudarlas o rescatarlas de algún apuro.
»Como Star Warriors la tenemos garantizada. Pero como simples mortales… tampoco tiene que ser algo grande. Podemos aparecer milagrosamente y ayudarles en una tarea de matemáticas, salvarlas de un asalto, evitar que el auto en el que van choque, protegerlas de cualquier clase de altercado menor… ¡Ya me acordé! A Serena le gustan los videojuegos. Podrías ayudarle a ganar o darle tips o algo así. Incluso podrías reprogramar alguna consola para que ella te pueda vencer o que a ella se le facilite ganarte o… ¡Tú sabrás!
— ¿Salvar a las damiselas en desgracia…? —Luis reflexionó por unos momentos mientras abrazaba a Eni. —No lo sé. No me veo provocándoles una situación en la que ellas se vean necesitadas de socorro.
— ¡Pero no necesitamos hacerlo! —Ratificó Adrián. — ¿A caso no conoces a Serena Tsukino? ¿No la consideras suficientemente capaz de meterse en problemas ella sola? Y tienes la garantía de que Tuxido Mask no siempre va a estar para salvarla. Más aún, si se trata de problemas de proporciones pequeñas o triviales, que no requieran precisamente de un héroe, sino simplemente de un galante caballero.
Luis volvió a meditarlo y miró de reojo a Eni. Ella se veía furiosa, con el ataque de celos a punto de hacer explosión. Pero también era consciente de que el plan de Adrián era necesario, tanto para proteger a las Sailors, como para tener una oportunidad de derrotar finalmente a su enemigo. Así que hizo un esfuerzo por tragarse su orgullo y sus celos y miró a Luis con asentimiento. Entonces él se volvió al grupo y declaró triunfante.
—Chicos… ¡Tenemos un plan!


Continuará…

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En el Siguiente sub-capítulo:
Es hora de festejar. Finalmente tenemos un plan. Pero la felicidad se ve interrumpida por la aparición de un monstruo. Sólo que, al parecer, no pretende atacar en la tierra. Time One aparece en escena para perseguir a este enemigo, solo que dicha persecución llevará a nuestro héroe a un lugar muy lejos de sus propios deseos, muy cerca del peligro y un poco más allá de su imaginación. Todo para descubrir algo extraordinario…

SM&SW-0.21: El centro de la Galaxia.

Una presencia poderosa en el centro de la Vía Láctea… ¡Creo que ya sé quién es!

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