domingo, 30 de septiembre de 2012

Estadísticas de Lectura 2012 #6

 

Estadísticas de Lectura 2012. #6

Damas y Caballeros, señoras y señores, chicos y chicas, niños y niñas… y para acabar de caer en la naquez, Mexicanos y Mexicanas… jajajaja… Bueno. Me complazco mucho en anunciarles que, ¡Me voy Superando!

El pasado Jueves, 27 de septiembre, he empatado, finalmente, mi record de lectura del año pasado. Así es, acabo de terminar de leer mi libro número 22, que si bien recuerdan, o podrán comprobar, es el número total de libros que leí el año pasado.

Y con los últimos dos ahora también me puedo declarar fan de Dan Brown, no sólo por la polémica trama de sus historias. Dan Brown tiene un toque mágico que te transporta a lugares del mundo donde nunca has estado, y lo hace de forma tan detallada que es como si realmente estuvieras allí. Ya me había pasado, cuando leí “La fortaleza Digital”, que me quedé enamorado de España, y con el profundo deseo de viajar hasta allá y conocer a la Madre Patria. Ahora con “El código Da Vinci” y “Ángeles y Demonios” he recorrido París, Londres, Roma, El Vaticano, y las instalaciones del CERN y el museo del  Louvre.

Bien, pues ya que empecé, continúo con la reseña de esta entrega. Ya, al final, hablare de las novedades, expectativas y pendientes que quedan en cuanto a este maravilloso mundo de la lectura.

 

 
 
Número 21 del 2012: El Código Da Vinci. Como había mencionado, polémico por sus declaraciones antirreligiosas, o bien, anticatólicas. De hecho, si mal no recuerdo, cuando salió la película (que aún no he visto) la iglesia prohibió tanto la película como el libro.

El autor lleva a los personajes en una aventura en la que van descifrando códigos en busca del famoso “Santo Grial”, motivo de muchas luchas y grandes aventuras protagonizadas por cantidad de caballeros de la edad media. El caso es que a lo largo de la historia, Robert Langdon va explicando cómo grandes obras de Leonardo Da Vinci, Isaac Newton, y otras grandes personalidades de las artes y la ciencia fueron dejando testimonio de una sociedad secreta que se encargaba de proteger el secreto del grial, que en realidad es algo más que un simple cáliz, y que de ser revelado cambiaría por completo la historia de la religión católica. Sin embargo, según la misma narración, los miembros de esta sociedad secreta han llegado a un acuerdo con la iglesia, en el que el secreto ha de permanecer oculto por conveniencia mutua.

Más allá de la intriga despertada por esta secuencia de símbolos y mensajes ocultos, junto con la conspiración de una sociedad secreta, El Código Da Vinci es una secuencia de acción y aventura, de persecución e intriga, en la que las fichas han sido colocadas de manera estratégica en el tablero. El priorato se Sión, que protege el Grial, ha sido atacada por una segunda sociedad, no tan secreta, que busca destruirlo, El Opus Dei. Y entre el ataque, y el intento de Jaques Saunière, conservador del museo del Louvre y miembro importante del Priorato, por preservar el conocimiento del secreto, Robert Langdon y Sophie Nevu, nieta del conservador, se ven involucrados en una persecución policiaca, acusados del homicidio de Saunière. Su única salvación será seguir las pistas que dejó el conservador del museo para encontrar el Grial y desenmascarar a sus perseguidores, incluyendo al verdadero asesino de Saunière.

Como nota personal he de decir que, generalmente considero la mayoría de este tipo de novelas como eso, ficción solamente. Y los datos explicados en este libro pudieron haber pasado para mí como eso, fantasía e imaginación desbordantes, de no ser porque estos mismos datos, con las mismas referencias, ya los había visto yo en un documental de Discovery Channel. En aquella primera ocasión si me causaron algo de conflicto, en especial porque yo tenía mis propios conflictos con la religión. Ahora que ya estoy seguro de mi fe, y al contemplar de nuevo esta información, acompañado de la interpretación de Dan Brown como autor, puedo decir que, lejos de hacerme dudar o desconfiar del catolicismo, leer este libro me ha servido para reafirmar y aumentar mi propia fe, pues pienso que, de ser cierto todo, no le quita ni obstaculiza nada a mi religión, y al contrario, la enriquece bastante, la hace más viva y mucho más plena.

 

 

Resulta que entre la vez que vi aquel documental en Discovery Channel y ahora que leí El Código Da Vinci pasaron un par de años. Pero si eso no había sido suficiente coincidencia, no podría compararse con mi encuentro con Ángeles y Demonios. Estando yo en las últimas 50 páginas, más o menos unos cinco días antes de terminar de leer El Código Da Vinci, vi la transmisión de un documental que, de entrada, me pareció muy interesante. Hablaba de unas instalaciones científicas en Europa donde experimentaban con partículas. Explicaban cómo habían construido un acelerador de partículas y su objetivo, que era el de demostrar o probar el origen del universo, en base a la teoría más reconocida que es la del Big Bang, y de cómo varios estudiosos habían llegado a la conclusión de que era necesaria la aparición de una partícula clave, a la que denominaban “La partícula de Dios”. La gran trascendencia del reportaje era que en estas instalaciones científicas, que llevan las siglas de “CERN”, habían logrado en fechas muy recientes, este mismo 2012, encontrar esa famosa “Partícula de Dios”, lo que supone una prueba definitiva y científica de la existencia de Dios. El comentario o nota personal del reportero que más llamó mi atención fue: Son las mismas instalaciones subterráneas a cuyas entrañas bajó el escritor Dan Brown para inspirarse en su novela “Ángeles y Demonios”. Yo me dije: ¡Chispas! ¡Con lo poco que me falta para empezar a leer el libro! Claro que hubiera sido una mayor sorpresa haber empezado a leer el libro y después descubrir que el CERN era real y las investigaciones que describe el libro también son reales.

Pero en el libro de Ángeles y Demonios no descubren una Partícula de Dios. Usando los mismos procedimientos descritos en el reportaje, lograban crear materia de la nada, aunque el procedimiento creaba conjuntamente una sustancia completamente opuesta a la materia, la cual denominan “Antimateria”. La antimateria, al hacer contacto con la materia provoca una reacción de energía tan poderosa que tiene un poder devastador mayor que una bomba nuclear.

La trama de la historia empieza cuando la antimateria es robada del CERN, para lo cual es tomada la vida del científico y sacerdote que la creó: Leonardo Vettra. Robert Langdon aparece en escena para esclarecer el extraño símbolo que aparece en el pecho de Vettra, el cual pertenece a una sociedad secreta desaparecida llamada los “Illuminatti”. Robert Langdon y Vittoria Vettra, hija del científico asesinado, van juntos a recorrer las calles de roma en busca de señales dejadas por los Illuminatti para encontrar la antimateria, la cual está colocada estratégicamente para desaparecer de la tierra la ciudad del Vaticano.

———— O ————

Estos dos libros me dejaron muchas enseñanzas, y como dije antes, reafirmaron mi fe. Ahora, superando mi record del año pasado, me encuentro leyendo “Blancanieves y el Cazador”, número 23 de mi lista, y ya tengo en espera “Witch & Wizard” y “La invención de Hugo Cabret”, con los que completaría mi meta de este año que es de 25. Y como aún me queda tiempo, trataré de buscar algún otro de Dan Brown, que ya me piqué, y acabo de descubrir que hay un tercer tomo de la saga de Robert Langon, que es “El símbolo perdido”, y también estoy interesado en leer “La conspiración”. Pero pienso que no debo apresurarme, xq luego no voy a dejar nada para el año que viene.

En cuanto al año entrante, ya estoy haciendo mi lista de deseos. Quiero conseguir más libros de Laura Gallego, Dan Brown, Isabel Allende, quiero conseguir (no quito el dedo del renglón) la saga de “Los Cazadores de sombras”, sin dejar de lado lo tradicional y lo clásico… volver por algo de Julio Verne, releer algo como Harry Potter, retomar escritores como Irwin Wallace, y regresar a mi meta secundaria que descubrí este año, que es terminar mis “Fracasos de lectura”, o los libros que empecé a leer pero no terminé.

Lo que sí, es que ya tengo, para empezar el 2013, una joya de lectura que recién adquirí. Se llama “Historias Clásicas de Ciencia Ficción”. Contiene textos de Julio Verne, H. G. Wells, y muchos otros autores de ese tipo, que hablan sobre viajes en el tiempo, el espacio, tecnología futurista y mundos desconocidos.

Ah, pues creo que esto sería todo por hoy. Sigo agradeciendo sus cometarios, y me da mucha emoción que las visitas a mi blog estén aumentando, y que en cada cambio de estadísticas siempre varias de estas estén repartidas en una o varias de mis estadísticas de Lectura. Les mando un saludo a tod@s, y nos seguimos leyendo…
 

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