Sailor Moon
y
y
Los
Star Warriors
Los Star Warriors
Evolution, Episodio Especial.
Capítulo 0.- Dimensión “S”.
S.C. 0.24 – Las semillas estelares.
Capítulo 0.- Dimensión “S”.
S.C. 0.24 – Las semillas estelares.
—Poderoso Guerrero,
Time One… Mis súbditos y yo no tenemos palabras para agradecerte lo que has
hecho hoy por nosotros. —Dijo Sailor Galaxia aproximándose al extranjero.
—Ha sido un placer,
Majestad. —Respondió Time One inclinándose reverencialmente ante la Reina. —En
realidad tenía ya pensado buscarle para solicitar una entrevista. Aunque he de
confesar que nunca imaginé, pese a mis poderes, haber logrado llegar al centro
de la galaxia.
— ¿Y cómo es que has
llegado hasta aquí? Como ya has mencionado en más de una ocasión, es un viaje
muy arriesgado.
Time One hizo una
mueca y desvió su mirada hacia el piso. No le gustaba la respuesta que tenía
que dar, pero tenía que darla.
—Sailor Galaxia…
Lamento mucho tener que ser portador de malas noticias, pero hay un par de
problemas por los que era importante para mí encontrarme contigo. Mi llegada a este lugar no fue casualidad… He llegado
hasta aquí siguiendo a ese monstruo… ¡Desde la Tierra!
El Corazón de Sailor
Galaxia dio un vuelco y en su estómago se hizo un terrible vacío. A ella le
costó muchísimo esfuerzo pelear contra el monstruo. Y si éste venía desde la
tierra, eso significaba que Sailor Moon…
—Como debiste haber
escuchado, ese monstruo no era un ermitaño. Era el servidor de un ser terrible
al que mis amigos, Los Star Warriors, y yo hemos venido siguiendo a través de
cientos de mundos. Hasta que nos dimos cuenta que su ejército se ha establecido
en la Tierra. Según nuestras investigaciones, todo parece indicar que… “Él”
está tras Sailor Moon…
Como lo temía. Eso
era precisamente lo que Sailor Galaxia sospechaba y no quería oír. Sin embargo,
las palabras del guerrero no eran solo un mal presagio. También ocultaban un
buen augurio, pues daba a entender que él y el resto de los Star Warriors
también se encontraban en la tierra. Y si Time One había logrado vencer a un
monstruo tan poderoso sin haber sudado una sola gota, tal vez Sailor Moon no
corriera tanto riesgo. Pero ella sentía en el corazón que no podía confiarse y
sentarse a esperar… ¡Ella tenía que hacer algo!
—No sé si lo
consideres mucho atrevimiento, —continuó Time One, —pero me gustaría pedirte,
Sailor Galaxia, que me acompañes a la Tierra.
»Mis amigos y yo
tenemos la seguridad de poder pelear contra el enemigo, pero estaría mucho más
tranquilo si pudiese asegurar al máximo la protección de Sailor Moon.
Sailor Galaxia lo
pensó unos instantes. No podía permitirse abandonar el Planeta de Cristal. Pero
allí estaban las Sailor Crystals. Ellas la miraron y le asintieron, animándola
a aceptar la invitación del viajero estelar. La seguridad que le transmitían
sus nuevas amigas la reconfortaba. Así es que con esa confianza de su lado,
ella aceptó.
—De acuerdo, Time
One. ¡Cuenta conmigo!
— ¡Genial! —Exclamó
Time One, aunque se dio cuenta de que en realidad no sabía cómo hacer encajar a
Sailor Galaxia en su plan. Lo que tendría que hacer sería consultar
inmediatamente y lo más rápido posible con sus compañeros, puesto que ya le
había hecho él la invitación, sería muy descortés adelantarse y decirle a ella
que lo alcanzara como pudiera. —Sólo permíteme un momento mientras le aviso a
mis compañeros que vamos para allá y poder recibirte como es debido.
Ese cometario les
provocó risa a quienes lo escucharon. Time One aprovechó el momento de buen
humor para apartarse un poco e intentar comunicarse con el resto de los Star
Warriors. Pero por más que lo intentaba, sus poderes psíquico-telepáticos
parecían rebotar en las paredes de ese micro-universo que rodeaba al planeta de
Cristal. Con algo de frustración y preocupación, decidió cambiar de técnica e
intentarlo a través de su evolutor. Pero el resultado fue el mismo… solo vacío
y silencio.
Sailor Galaxia lo
observó desde lejos y de dio cuenta de sus infructíferos intentos. Así que se
le acercó para auxiliarlo.
—Te resultará casi
imposible comunicarte con ellos si deseas hacerlo desde este planeta. Las
fuertes capas de energía que lo rodean y las fuerzas gravitacionales de los
millones de agujeros negros y solos colosales que se encuentran alrededor,
hacen que cualquier tipo de poder y señal quede atrapado. Nada puede entrar o
salir. De hecho, tu llegada y la de ese monstruo fueron extraordinarias. En
cuanto a salir, a menos que regresemos por donde tú llegaste, o por el camino
que solo yo conozco.
—Ya lo veo,
—respondió Time One. —Entiendo entonces que hasta no haber pasado esas barreras
no podré comunicarme con ellos o ellos conmigo, a menos que aumentara
considerablemente mi poder. Aunque me temo que eso no sería muy bueno para el
planeta… ¡Santo Cielo! Si mis amigos no pueden sentir mi presencia o
comunicarse conmigo creerán que estoy en peligro y se aventurarán a buscarme.
Ahora es más importante que me pueda comunicar con ellos, así que creo que
debemos irnos ya.
—No te apures. Si es
tan importante hay un modo de que hables con ellos sin necesidad de apresurar
las cosas.
Time One la miró
extrañado. Ella le hizo un gesto con la cabeza para que él la siguiera.
Entraron al castillo, seguidos por las Sailor Crystals y los soldados, y se
dirigieron al sótano, lo que en un castillo medieval terrícola debería
corresponder a los calabozos. Pero en lugar de celdas y fosas, lo que se desplegó
ante los ojos de Time One fue una gran y enorme caverna, muy oscura para estar
sepultada en un planeta de cristal translúcido y brillante. Sailor Galaxia guió
al guerrero por la caverna descendiendo varios cientos de metros… tal vez hasta
un par de kilómetros, hasta que encontraron una extraordinaria puerta de oro.
Una vez allí, la Sailor Scout invitó al Star Warrior a traspasarla.
Al abrir la puerta
lo que apareció frente a los ojos de Time One fue mucho más hermoso y
maravilloso de lo que él mismo creyó poder imaginar. Y es que una cosa es verlo
por televisión, a través de una caricatura, donde los dibujos son una limitante
a la imaginación, que verlo de esta manera, en vivo y a todo color.
Se trataba de una
cámara grandísima (Según las cuentas de él mismo y las de Tania, debía ser
mucho más grande que el mismo planeta en cuyo interior estaban), pero eso no
era lo más extraordinario de todo. Resplandeciendo con una luz mucho más que
hermosa, cientos… no, miles… no, debían ser millones… tal vez trillones de
estrellas formando una galaxia en miniatura que abarcaba todo el interior de
aquella gran cámara. Time One se acercó para verlas mejor, y su excitación no
terminaba. No eran simplemente estrellas. Eran Semillas estelares, las mismas
que habían llevado a Sailor Galaxia en su búsqueda hasta la tierra, cuando
estaba dominada por el “Terrible Caos”. Estando entre tantas semillas, Time One
pudo recordar una escena que solo había visto en caricatura, pues aunque él
había compartido momentos con Sailor Moon en otra dimensión, no había vivido
ese momento particular en persona: Cuando Sailor Moon está frente a Galaxia y
se abren todos los capullos de flor liberando todas las semillas estelares y
llenándolo todo de luz, resplandeciendo con la semilla y la luz de la primera.
— ¡Creí que habías
dejado de reunir las semillas estelares! —Exclamó él sin salir del hipnótico
transe que le provocaba el espectáculo que se dibujaba ante sus ojos.
Esa expresión tomó
por sorpresa a Sailor Galaxia. ¿Cómo sabía él que ella intentó reunir alguna
vez las Semillas Estelares? Aunque una vez que lo reflexionó, el misterio de
Time One iba formando una telaraña cada vez más entrelazada. Desde el principio
él había llegado llamándola por su nombre, y parecía tener un especial interés
y preocupación por ella y Sailor Moon. Definitivamente no era para preocuparse
o tener cuidado. Su aura y su energía no reflejaban el menor atisbo de maldad.
Time One era, a todas luces, un guerrero del bien que emanaba tanta bondad y
energía positiva, que solo le faltaban plumas en las alas y una aureola para
ser un ángel.
—Estas Semillas no
son las que intenté reunir alguna vez. —Explicó ella. —Gracias al poder de
Sailor Moon, y en consecuencia de que ella me haya liberado del Terrible Caos,
en esta cámara ha ido apareciendo el reflejo de cada una de las semillas
que ayudé a regresar a su lugar de
origen. Cada semilla que volvió a brillar, cada estrella que encendió de nuevo
su luz, cada Sailor Scout que volvió a la vida, encendió una luz que fue
apareciendo en este lugar. Pero eso no es lo más espectacular de todo… ¡Vamos!
Intenta llegar al centro de esta pequeña galaxia.
Time One escuchaba
emocionado, como un niño pequeño que escucha la más fantástica de las
historias. Y así, con el corazón lleno de una repentina inocencia, aceptó la
invitación que le hacía la Sailor y se aventuró al interior de la cámara, hasta
donde figuraba el corazón de aquella pequeña galaxia.
Si el solo entrar en
aquella cámara había sido asombroso, las maravillas no se terminaban para Time
One. Al llegar al centro de la Galaxia miniatura, ¡Toda la Vía Láctea se
desplegó ante sus ojos! Cada planeta, cada estrella, cada asteroide, cometa,
meteorito, hoyo negro, nebulosa, ser vivo… ¡Todo se mostraba a un solo pestañeo
de distancia! Y observando con más cuidado, también podía oír los ruidos y
voces que se producían a lo largo y ancho de la galaxia.
Entendió entonces lo
que pasaba. No se trataba simplemente de sorprenderlo, aunque si esa hubiese
sido la meta estaría más que lograda y superada. Pero esa capacidad mágica y
asombrosa de ver y oír todo lo que ocurría en la Vía Láctea seguramente también
podía tener posibilidades inversas. Después de todo, Sailor Galaxia le había
ofrecido una manera de comunicarse con sus compañeros. Así que fijó su mirada
hacia el sur de la galaxia y buscó los resplandores de la luna y la tierra,
entonces se concentró y fijó su atención. En realidad no le costó nada de
esfuerzo el encontrar a sus amigos.
— ¡Chicos! ¿Pueden
oírme? —Pronunció en voz alta, y sintió como si su voz resonara a través de
todo el universo, aunque estaba seguro que, si alguien lo había podido oír,
solo habrían sido sus amigos.
————
O ————
En la tierra, los
Time Warriors estaban preparados y listos para salir. El monstruo que salió al
espacio cerca de 6 horas después de la salida de Time One y el otro monstruo,
había aterrizado muy cerca de, lo que según sus cálculos debía ser, el planeta
sombra. Lo más sorprendente de todo era que al parecer había vida en ese lugar,
que ellos conocían como un planeta inhóspito. Aunque como habían comprobado,
los planetas en esta dimensión no eran nada parecidos a los que ellos conocían,
así que asumieron que las presencias en aquel planeta no eran para
sorprenderse. Lo que sí era para preocuparse, era que esas vidas corrían un
grave peligro si el monstruo decidía llegar hasta allá, y a ausencia de Luis
para dar indicaciones pertinentes, ellos habían tomado las decisiones. Los Time
Warriors irían a la pelea, mientras los Light Warriors permanecerían en la
Tierra esperando noticias de Luis o del enemigo.
Los Time Warriors ya
estaban formados y en posición, listos para transformarse y salir volando a
toda velocidad en dirección a aquel plantea. Pero justo cuando todos habían
hecho aparecer sus cristales de transformación, la voz de Luis irrumpió en la
habitación y los distrajo.
— ¡Chicos! ¿Pueden
oírme?
La voz tenía cierto
efecto de resonancia, lo cual quería decir que estaba transformado en algún
nivel de poder superior. Mínimo, en Súper Aheroceloín. Sin embargo, cuando
intentaron sentir su presencia les resultó imposible. Seguramente había tratado
de una alucinación, y lo peor, una alucinación colectiva. La pregunta era: ¿Por
qué los había interrumpido en un momento tan importante?
— ¡Hey, chicos!
¡Chicos, soy yo! ¿Todo está bien por allá?
— ¿Broth? —Preguntó
Linda en voz alta y algo confundida, un poco antes de que Eni también
preguntara.
— ¿Luis, eres tú?
¿Dónde estás?
— ¡Liagr, Etloc!
¡Qué alegría me da escucharlas! —La forma como la voz de Luis había recalcado
sus nombres aheroceloínes les daba a entender que se encontraba con alguien
frente a quien resultaba comprometedor revelar sus identidades. — ¡Nunca me
creerán cuando les diga en dónde me encuentro!
— ¡Basta de bromas,
Lagr! ¡Dinos dónde estás! ¿Y por qué no podemos sentir tu presencia?
—Interrumpió Alannan, con toda la seriedad que apremiaba la situación.
— ¡Oh! ¡Discúlpenme,
Al, amigos! No me di cuenta hasta muy tarde que la capa de energía que atravesé
formaba una barrera y que no se podía sentir ni transmitir nada de un lado para
el otro. Pero una amiga me mostró este medio y de verdad que es alucinante.
¿Pueden creerlo? ¡Estoy en el centro de la galaxia! Seguí al monstruo hasta
aquí y lo derroté. Luego tuve que internarme más en el corazón de la galaxia para
poder comunicarme con ustedes. ¡De verdad que es un lugar fantástico! Ojalá
estuvieran aquí.
La voz de Luis, o
mejor dicho, Time One, de verdad que reflejaba una alegría inusitada, y esa
amiga de la que hablaba debía estar con él, y por eso ocultaba sus identidades.
Pero los problemas eran muchos para andarse con contemplaciones.
—Pues qué bueno que
no estamos allí, —ahora la que reclamaba era Laisha, —porque mientras tú
jugabas a sortear los mayores peligros del universo para descubrir maravillas
de ensueño, otro monstruo ha abandonado la tierra.
El rostro de Time
One se endureció al escuchar las palabras de su hermana y sus ojos se mostraron
con mucha preocupación. Sailor Galaxia lo notó y se acercó a él.
— ¿Han tenido que
pelear? —Preguntó el guerrero.
—A eso íbamos,
—respondió Jennifer. —Estábamos a punto de transformarnos cuando nos hablaste.
Lo que nos preocupa es que el monstruo se dirige al planeta Sombra.
Time One giró su
rostro en dirección al este de la galaxia, donde debería estar el planeta Sombra.
Inmediatamente pudo sentir la presencia maligna del monstruo en un asteroide
muy cercano a un planeta… pero no era el planeta Sombra. Entonces recordó que
también el planeta Alhar había sido sustituido por otro planeta en esta
dimensión. Primero sintió satisfacción de que no fuera el planeta Sombra, luego
alegría al comprobar de qué planeta se trataba, y las presencias que había en
ese lugar, mismos detalles que lo llenaron inmediatamente de inquietud ante el
peligro que asechaba.
— ¡Ya lo tengo! —Dijo
Time One, confundiendo completamente a sus amigos. —Algo que les quería
compartir, cuando estaba tan contento, es que en el lugar donde estoy puedo
ver, sentir y oír todo lo que pasa en la galaxia entera. Así es como me pude
comunicar con ustedes, y mientras Jegr me iba explicando, busqué y encontré al
monstruo. Aunque el planeta Sombra no es exactamente el que nosotros
conocíamos.
»No se preocupen por
este monstruo. Antes bien, terminen con las tareas que aún quedan pendientes…
Al, Jegr, les encargo la misión que falta para completar el plan. Yo me
encargaré de este monstruo, y no se preocupen por mí, yo llevo refuerzos. —Dijo
a la vez que miraba a Sailor Galaxia a los ojos.
Las palabras de Time
One eran confusas, pero sus amigos acabaron por resignarse y aceptar las
indicaciones de su líder. Mientras tanto, él y Sailor Galaxia regresaron al
salón principal del palacio, donde los esperaban las Sailor Crystals y los
soldados, junto con un comité de súbditos del planeta de Cristal que iban a
despedir a su reina. Ella sólo lo podía sospechar, puesto que no había
escuchado la conversación completa, pero suponía que el destino de Time One ya
no era la Tierra, sino un planeta distinto, aunque no podía imaginar cuál.
Time One apresuró
las despedidas, y una vez que estuvieron listos, Galaxia le hizo el comentario:
—No escuché muy bien
de qué se trataba. Pero no vamos a la tierra, ¿verdad?
Él la miró muy serio
y directo a los ojos antes de responderle. Al mismo tiempo hacía aparecer en su
mano una roca con una figura, un relieve con un diseño muy similar al de una
estrella sin uno de sus lados.
—Mis amigos me
informaron que otro monstruo salió de la tierra en dirección a un planeta
desconocido. Gracias a las propiedades de ese cuarto de Semillas Estelares,
pude localizar al monstruo y darme cuenta de algo terrible: Un grupo de amigas
tuyas, además de las que te esperan en la tierra, corren peligro.
Sailor Galaxia
sintió cómo se le estrujaba el corazón al escuchar esas palabras, y aunque de
inmediato supuso la respuesta, de cualquier forma ella tenía que formular la
pregunta en voz alta y escuchar lo que ella ya sabía entrando por sus oídos en
la voz de alguien más…
— ¿A dónde vamos?
Time One apuntó con
la roca hacia el cielo y luego se volvió para mirarla de nuevo a los ojos. Él
sonrió con satisfacción al descubrir lo que podía ver a través de ella.
—Vamos… al planeta
de Fuego…
De la roca que él
sostenía en la mano salió un rayo, y en el aire se dibujó la misma estrella que
estaba dibujada en ella. Entonces la estrella se fragmentó y separó todas sus
partes, descubriendo un espléndido túnel.
—Sabes, no sé cuál
sea el camino que tenías propuesto, pero este es el que conozco yo, y te puedo
garantizar que es lo más seguro y rápido que podremos encontrar para llegar a
nuestro destino… ¿Vienes?
Y con algo de
timidez, Sailor Galaxia tomó la mano de Time One y ambos volaron hasta
internarse en aquel túnel brillante, mismo que se cerró tras ellos una vez que
hubieron entrado.
Continuará…
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En el Siguiente sub-capítulo:
El planeta de Fuego ahora es
uno de los lugares más hermosos de la galaxia, ubicado en uno de sus extremos.
Pero con solo unos minutos allí, el monstruo ha arrasado con todo ese
esplendor. Ni siquiera la aparición de una nueva Sailor Scout es suficiente
para detenerlo. Solo la aparición de dos valientes viajeros estelares pondrá
fin a esta tragedia.
SM&SW-0.25: El planeta de Fuego.
Esta historia sufre
transformaciones al expresar las cosas como las ven los Star Warriors o como
las ven las Sailors. Por eso hay veces que lo evidente se vuelve un misterio.
cada ves se pone mas bueno esto Rox
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