sábado, 28 de enero de 2012

Sailor Moon y Los Star Warriors; Capítulo 0.22



Sailor Moon
y
Los Star Warriors
Los Star Warriors Evolution, Episodio Especial.
Capítulo 0.- Dimensión “S”.
S.C. 0.22 – Salvando la Luz de la Esperanza.
La gente huía replegándose hacia los refugios. Era muy raro sentir la aproximación de enemigos allí, precisamente, en el centro de la galaxia. Sin embargo, el palacio que se erguía en el centro de la ciudad contaba con un maravilloso ejército. No estaba constituido con algún fin meramente militar, sino como una formalidad; ayudaba a que la gente que habita ese planeta se sintiera segura y cómoda, además de que era una fuente de ocupación para muchos de los habitantes.
Los soldados salieron a la ciudad a toda velocidad para proteger a la gente. Mientras tanto, el palacio se quedó protegido por las Sailor Crystals.
La sombra oscura descendió en la plaza principal. Los soldados lo rodearon y aguardaron en silencio.
— ¡Lady Galaxia! —Una Sailor Crystal corrió hasta el trono donde esperaba su reina. — ¡Ya está aquí!
Galaxia guardó silencio y miró en dirección a la ciudad. No cabía duda de que la presencia de aquel visitante era imponente, maligna y peligrosa. Él era en verdad muy poderoso.
—Evaluaremos la situación. —Respondió Galaxia. —Si yo lo así lo considero, todos regresan al palacio y yo me haré cargo.
La Sailor Crystal asintió y salió del salón para dirigirse a transmitirles las órdenes de la reina a las otras.
La gente miraba horrorizada al monstruo cuando éste extendió sus alas y todos pudieron apreciar sus horrendas características insectiles. El monstruo avanzó en dirección al palacio y dos soldados le cerraron el paso. Entonces el monstruo simplemente extendió sus alas y golpeó a los soldados, proyectándolos a varios metros de distancia. La respuesta no se hizo esperar, los soldados dispararon sus armas contra el monstruo. No hace falta decir que los rayos rebotaban en la piel del enemigo. Éste solo se molestó en sacudir sus alas y una nube de esporas llovió sobre los soldados paralizándolos.
Las Sailor Crystals reaccionaron al instante. Saltaron de su puesto y corrieron a rescatar a los soldados. El monstruo las atacó disparando rayos potentes de sus antenas, pero las Sailors repelieron muy bien la agresión. Las Sailor Crystals tenían los poderes de los cristales más preciosos que se conocen en la tierra: El Zafiro, el Rubí, la Esmeralda, el Ámbar, el Cuarzo, la Amatista, el Ágata, el Cristal, la Obsidiana y el Diamante.
Las 10 Sailors atacaron al monstruo con sus poderes y lo hicieron retroceder. Los ataques se sucedieron unos a otros chocando con los patéticos intentos que hacía el monstruo por defenderse. Cuando un rayo de poder de Sailor Ámbar golpeó al monstruo en el pecho hubo una gran explosión y se levantó una gran nube de humo. El resto de las Sailors no quiso desaprovechar y atacaron con todas sus fuerzas. La gran nube de humo y el pestilente aroma aseguraba una victoria. Si el monstruo había sobrevivido, estaría muy mal herido como para dar problemas.
Tres Sailors se acercaron a observar eludiendo la nube que no se disipaba, a la vez que otras tres corrían a auxiliar a los soldados paralizados, mientras las otras cuatro permanecían en guardia. De pronto todo el humo se disolvió y el monstruo apareció con sus alas extendidas a todo su máximo. Entonces él giró y con el filo de sus alas dibujó en el aire un anillo metálico que se expandió golpeando a las Sailor Crystal que estaban más cerca. Las tres Sailor Scouts cayeron heridas. La reacción inmediata de las otras siete fue ponerse en guardia y atacar. Pero esta vez, el monstruo sacudió sus alas con fuerza liberando esporas, aunque esta vez eran distintas. Las esporas que habían paralizado a los soldados eran blancas y estas que lanzaba ahora eran rojas. Las Sailor Crystal no pudieron hacer mucho por evadirlas, pues invadieron todo el aire respirable alrededor. El efecto de las esporas rojas era terrible, pues al menor contacto con el cuerpo de algún ser vivo se incendiaban y ardían peor que brasas de hierro fundido.
La reina, que observaba todo desde su balcón, no soportó ver el sufrimiento de sus Sailor Crystals, así que ella misma saltó del balcón y se dirigió a la plaza donde estaba el monstruo. En la plaza, la pura aparición de la reina disipó las esporas. Pero al aclararse la luz en la que ella había aterrizado, no llevaba un majestuoso y hermoso vestido; Vestía un imponente traje de Sailor Scout color dorado, coronado con una hermosa tiara que sujetaba su bella cabellera dorada que caía a todo su largo por su espalda y haciendo juego con sus hermosos ojos color ámbar-dorado, además de una poderosa espada sujeta a su cadera.
— ¿Quién eres tú? —Preguntó el monstruo con una inteligible voz chillona.
—Soy la guardiana de la luz de la esperanza que hace brillar todas las estrellas de la Vía Láctea… ¡Soy Sailor Galaxia!
»Sabía que algún día regresarías, “Terrible Caos”, pero no te esperaba tan pronto. De una vez te lo advierto… ¡No eres un invitado y no eres bienvenido en el centro de la Galaxia! ¡Yo me encargaré de expulsarte!
— ¡Sailor Galaxia! —Respondió el monstruo. — ¡Tú vienes conmigo! —Y se lanzó en envestida contra la Sailor.
La batalla dio comienzo. Sailor Galaxia de verdad se convirtió en un tope para el monstruo. En pocos minutos, Galaxia tenía al monstruo a punto del sometimiento, cuando éste usó su última arma: Sacudió sus antenas y liberó esporas negras. A diferencia de las blancas o las rojas, estas no las pudo evadir Sailor Galaxia y su efecto era cortante y filoso como navajas, además de que inyectaban una poderosa sustancia que al principio emulaban el efecto de las esporas rojas, pero al pasar los segundos provocaban un efecto debilitante producto de un poderoso veneno. Sailor Galaxia quiso arremeter contra el monstruo, pero enseguida sintió la debilidad recorrer sus venas.
Las rodillas y los puños de Sailor Galaxia tocaron el suelo, al tiempo que sentía cómo sus pulmones se cerraban impidiéndole respirar con libertad. El monstruo se levantó y, ante los debilitados ojos de todas las Sailors, comenzó a regenerar sus heridas. Entonces preparó lo que prometía ser un gran gargajo y se disponía a escupírselo a Galaxia. Ella, haciendo uso de lo último que le quedaba de fuerzas, saltó para evitar el escupitajo, que resultó ser una especie de red de hilos finísimos, como la seda, y, en apariencia, sorprendentemente fuerte y resistente. El monstruo había dicho: “Tú vienes conmigo”. Eso quería decir que pretendía capturar a Sailor Galaxia. Ella tenía que evitarlo a toda costa. Se giró y volvió a apoyar los puños y las rodillas haciendo un esfuerzo inútil por incorporarse. Miró al monstruo con una mirada desafiante, a pesar de la debilidad. Fue cuando ella lo vio…
El monstruo caminaba con decisión hacia Sailor Galaxia. Pero por detrás de él, reflejada en la superficie de uno de los edificios que rodeaban aquella plaza, ella vio la imagen de una maravillosa estrella azul envuelta en un misterioso destello verde. Sailor Galaxia no quiso voltear a ver de qué se trataba, para no descubrir su hallazgo. El monstruo preparó un nuevo escupitajo y se dispuso a esta vez sí capturar a su víctima. Sailor Galaxia estaba ya tan débil que no podría evitar el ataque… El monstruo escupió la red…
— ¡Estrella Azul del Tiempo!
Una potente y resonante voz del cielo conjuró un poder en forma de estrella. La estrella que Galaxia había visto reflejada en un edificio se precipitó con fuerza y violencia hacia el monstruo provocando, al momento del impacto, una gran explosión que lo envolvió y lo proyectó a varios metros de distancia. Una poderosa ráfaga de viento disipó rápidamente la nube de humo dejando ver al monstruo gravemente herido, al tiempo que un poderoso guerrero aterrizaba junto a Sailor Galaxia agitando sus alas con fuerza. Como había ocurrido antes, el monstruo se recuperaba y regeneraba sus heridas, pero la atención de las Sailors no estaba en el monstruo, sino en el guerrero que había salvado a la reina.
Alto, tez clara, cabellos verdes, un traje ajustado color blanco y una armadura del mismo color, ambos con franjas azules a los costados y a los bordes, un dragón enroscado dibujado en el pecho, en su brazo derecho llevaba un escudo con una “S” y una “W” separadas por un rayo, y en el izquierdo un círculo con una especie de estrella sin un lado. El guerrero lucía unos resplandecientes ojos azules y, además de sus alas, lucía como extremidad extra una larga, flexible y muy resistente cola.
Sailor Galaxia lo miró sintiendo una emoción que no podía explicar. El guerrero era un extraño, un desconocido, evidentemente muy poderoso… sin embargo, su energía no era maligna. Su presencia inundaba de paz y seguridad a quienes lo rodeaban, excepto, claro, a su enemigo. Él miró al monstruo, no sin cierto desconcierto al descubrir que se regeneraba, luego se dirigió a Sailor Galaxia tendiéndole su mano para ayudarla.
— ¿Te encuentras bien?
Su voz era maravillosa: varonil, segura, confiada, transmitía eso, seguridad y confianza; tenía un efecto de resonancia, como un eco integrado, aunque su volumen de voz era normal.
Sailor Galaxia aceptó con mucho esfuerzo la mano del guerrero e inmediatamente sintió cómo un flujo de energía recorría su cuerpo sanándola y recuperando sus fuerzas. En ese momento toda la atmósfera de aquel planeta de cristal cambió. Al principio se sintió como una ola de agua helada que en un instante se volvió cálida. Había algo en esta nueva atmósfera, que obviamente era creada por el guerrero, que hizo que todas las Sailor Crystals y los soldados se recuperaran, sanaran sus heridas, desaparecieran los efectos de las esporas y recuperaran sus energías. Galaxia miró al guerrero con intriga en sus ojos. Deseaba con todas sus fuerzas hacerle la pregunta. Pero él la tranquilizó con la mirada y le hizo saber que eso no era lo más importante en ese momento.
Pero el monstruo no tenía la misma paciencia. Cuando se recuperó y vio que todas las Sailors y los soldados sanaban se puso furioso.
— ¡Maldito entrometido! ¿Cómo te atreves a venir e interrumpir mi misión? ¡¿Quién eres?!
El guerrero cubrió a Sailor Galaxia con sus alas y se giró para darle la cara al monstruo y responder. Aunque por un segundo una chispa de ironía pasó por su mente. Pensó en Luis Arturo, el joven introvertido que escribía historias sobre los Star Warriors en su computadora, que se la pasaba viendo caricaturas como Sailor Moon para inspirarse y en cómo se las ingenió para que su personaje se presentara igual que lo hacía la Sailor Scout. También pensó en Luis Arthur, el niño que se convirtió en joven guerrero, que usó una máquina para entrar a las caricaturas y copiar los poderes de sus personajes favoritos, y recordó también la primera vez que, convertido en un Time Fighter, hizo una presentación ante un enemigo y cómo esa presentación estaba inspirada en las presentaciones de Sailor Moon; luego esa misma presentación fue modificada el día que decidió asumir su responsabilidad como Star Warrior. Era toda una ironía que estuviera a punto de presentarse de esa forma, precisamente aquí, en la dimensión o mundo de Sailor Moon.
—Yo soy el Príncipe Lagr del planeta Alhar y soy un Star Warrior que lucha por la paz, el amor y la justicia. ¡Soy el líder de los Time Warriors, el Dragón de la Fuerza…! ¡TIME ONE!


Continuará…

-------------------------------------------------------------------

En el Siguiente sub-capítulo:
Oficialmente, esta es la primera vez que Time One lucha frente a una Sailor, o que lucha por protegerla. El monstruo no está destinado a durar mucho con vida. Mientras tanto, en la tierra, el resto de los Elegidos enfrentan otro tipo de dificultades.

SM&SW-0.23: Time One, El guerrero de las Estrellas.

No cabe duda. El que no quiere ser salvado, ni para qué hacer la lucha…

No hay comentarios:

Publicar un comentario