Sailor Moon
y
y
Los
Star Warriors
Los Star Warriors
Evolution, Episodio Especial.
Capítulo 0.- Dimensión “S”.
S.C. 0.22 – Salvando la Luz de la Esperanza.
Capítulo 0.- Dimensión “S”.
S.C. 0.22 – Salvando la Luz de la Esperanza.
La gente huía
replegándose hacia los refugios. Era muy raro sentir la aproximación de
enemigos allí, precisamente, en el centro de la galaxia. Sin embargo, el
palacio que se erguía en el centro de la ciudad contaba con un maravilloso
ejército. No estaba constituido con algún fin meramente militar, sino como una
formalidad; ayudaba a que la gente que habita ese planeta se sintiera segura y
cómoda, además de que era una fuente de ocupación para muchos de los
habitantes.
Los soldados
salieron a la ciudad a toda velocidad para proteger a la gente. Mientras tanto,
el palacio se quedó protegido por las Sailor Crystals.
La sombra oscura
descendió en la plaza principal. Los soldados lo rodearon y aguardaron en
silencio.
— ¡Lady Galaxia!
—Una Sailor Crystal corrió hasta el trono donde esperaba su reina. — ¡Ya está
aquí!
Galaxia guardó
silencio y miró en dirección a la ciudad. No cabía duda de que la presencia de
aquel visitante era imponente, maligna y peligrosa. Él era en verdad muy
poderoso.
—Evaluaremos la
situación. —Respondió Galaxia. —Si yo lo así lo considero, todos regresan al
palacio y yo me haré cargo.
La Sailor Crystal
asintió y salió del salón para dirigirse a transmitirles las órdenes de la
reina a las otras.
La gente miraba
horrorizada al monstruo cuando éste extendió sus alas y todos pudieron apreciar
sus horrendas características insectiles. El monstruo avanzó en dirección al
palacio y dos soldados le cerraron el paso. Entonces el monstruo simplemente
extendió sus alas y golpeó a los soldados, proyectándolos a varios metros de
distancia. La respuesta no se hizo esperar, los soldados dispararon sus armas
contra el monstruo. No hace falta decir que los rayos rebotaban en la piel del
enemigo. Éste solo se molestó en sacudir sus alas y una nube de esporas llovió
sobre los soldados paralizándolos.
Las Sailor Crystals
reaccionaron al instante. Saltaron de su puesto y corrieron a rescatar a los
soldados. El monstruo las atacó disparando rayos potentes de sus antenas, pero
las Sailors repelieron muy bien la agresión. Las Sailor Crystals tenían los
poderes de los cristales más preciosos que se conocen en la tierra: El Zafiro,
el Rubí, la Esmeralda, el Ámbar, el Cuarzo, la Amatista, el Ágata, el Cristal,
la Obsidiana y el Diamante.
Las 10 Sailors
atacaron al monstruo con sus poderes y lo hicieron retroceder. Los ataques se
sucedieron unos a otros chocando con los patéticos intentos que hacía el
monstruo por defenderse. Cuando un rayo de poder de Sailor Ámbar golpeó al
monstruo en el pecho hubo una gran explosión y se levantó una gran nube de
humo. El resto de las Sailors no quiso desaprovechar y atacaron con todas sus
fuerzas. La gran nube de humo y el pestilente aroma aseguraba una victoria. Si
el monstruo había sobrevivido, estaría muy mal herido como para dar problemas.
Tres Sailors se
acercaron a observar eludiendo la nube que no se disipaba, a la vez que otras tres
corrían a auxiliar a los soldados paralizados, mientras las otras cuatro
permanecían en guardia. De pronto todo el humo se disolvió y el monstruo
apareció con sus alas extendidas a todo su máximo. Entonces él giró y con el
filo de sus alas dibujó en el aire un anillo metálico que se expandió golpeando
a las Sailor Crystal que estaban más cerca. Las tres Sailor Scouts cayeron
heridas. La reacción inmediata de las otras siete fue ponerse en guardia y
atacar. Pero esta vez, el monstruo sacudió sus alas con fuerza liberando
esporas, aunque esta vez eran distintas. Las esporas que habían paralizado a
los soldados eran blancas y estas que lanzaba ahora eran rojas. Las Sailor
Crystal no pudieron hacer mucho por evadirlas, pues invadieron todo el aire
respirable alrededor. El efecto de las esporas rojas era terrible, pues al
menor contacto con el cuerpo de algún ser vivo se incendiaban y ardían peor que
brasas de hierro fundido.
La reina, que
observaba todo desde su balcón, no soportó ver el sufrimiento de sus Sailor
Crystals, así que ella misma saltó del balcón y se dirigió a la plaza donde
estaba el monstruo. En la plaza, la pura aparición de la reina disipó las
esporas. Pero al aclararse la luz en la que ella había aterrizado, no llevaba
un majestuoso y hermoso vestido; Vestía un imponente traje de Sailor Scout
color dorado, coronado con una hermosa tiara que sujetaba su bella cabellera
dorada que caía a todo su largo por su espalda y haciendo juego con sus
hermosos ojos color ámbar-dorado, además de una poderosa espada sujeta a su
cadera.
— ¿Quién eres tú?
—Preguntó el monstruo con una inteligible voz chillona.
—Soy la guardiana de
la luz de la esperanza que hace brillar todas las estrellas de la Vía Láctea…
¡Soy Sailor Galaxia!
»Sabía que algún día
regresarías, “Terrible Caos”, pero no te esperaba tan pronto. De una vez te lo
advierto… ¡No eres un invitado y no eres bienvenido en el centro de la Galaxia!
¡Yo me encargaré de expulsarte!
— ¡Sailor Galaxia!
—Respondió el monstruo. — ¡Tú vienes conmigo! —Y se lanzó en envestida contra
la Sailor.
La batalla dio
comienzo. Sailor Galaxia de verdad se convirtió en un tope para el monstruo. En
pocos minutos, Galaxia tenía al monstruo a punto del sometimiento, cuando éste
usó su última arma: Sacudió sus antenas y liberó esporas negras. A diferencia
de las blancas o las rojas, estas no las pudo evadir Sailor Galaxia y su efecto
era cortante y filoso como navajas, además de que inyectaban una poderosa
sustancia que al principio emulaban el efecto de las esporas rojas, pero al
pasar los segundos provocaban un efecto debilitante producto de un poderoso
veneno. Sailor Galaxia quiso arremeter contra el monstruo, pero enseguida
sintió la debilidad recorrer sus venas.
Las rodillas y los
puños de Sailor Galaxia tocaron el suelo, al tiempo que sentía cómo sus
pulmones se cerraban impidiéndole respirar con libertad. El monstruo se levantó
y, ante los debilitados ojos de todas las Sailors, comenzó a regenerar sus
heridas. Entonces preparó lo que prometía ser un gran gargajo y se disponía a
escupírselo a Galaxia. Ella, haciendo uso de lo último que le quedaba de
fuerzas, saltó para evitar el escupitajo, que resultó ser una especie de red de
hilos finísimos, como la seda, y, en apariencia, sorprendentemente fuerte y
resistente. El monstruo había dicho: “Tú vienes conmigo”. Eso quería decir que
pretendía capturar a Sailor Galaxia. Ella tenía que evitarlo a toda costa. Se
giró y volvió a apoyar los puños y las rodillas haciendo un esfuerzo inútil por
incorporarse. Miró al monstruo con una mirada desafiante, a pesar de la
debilidad. Fue cuando ella lo vio…
El monstruo caminaba
con decisión hacia Sailor Galaxia. Pero por detrás de él, reflejada en la
superficie de uno de los edificios que rodeaban aquella plaza, ella vio la
imagen de una maravillosa estrella azul envuelta en un misterioso destello
verde. Sailor Galaxia no quiso voltear a ver de qué se trataba, para no
descubrir su hallazgo. El monstruo preparó un nuevo escupitajo y se dispuso a
esta vez sí capturar a su víctima. Sailor Galaxia estaba ya tan débil que no
podría evitar el ataque… El monstruo escupió la red…
— ¡Estrella Azul del
Tiempo!
Una potente y
resonante voz del cielo conjuró un poder en forma de estrella. La estrella que
Galaxia había visto reflejada en un edificio se precipitó con fuerza y
violencia hacia el monstruo provocando, al momento del impacto, una gran
explosión que lo envolvió y lo proyectó a varios metros de distancia. Una
poderosa ráfaga de viento disipó rápidamente la nube de humo dejando ver al
monstruo gravemente herido, al tiempo que un poderoso guerrero aterrizaba junto
a Sailor Galaxia agitando sus alas con fuerza. Como había ocurrido antes, el
monstruo se recuperaba y regeneraba sus heridas, pero la atención de las
Sailors no estaba en el monstruo, sino en el guerrero que había salvado a la
reina.
Alto, tez clara,
cabellos verdes, un traje ajustado color blanco y una armadura del mismo color,
ambos con franjas azules a los costados y a los bordes, un dragón enroscado
dibujado en el pecho, en su brazo derecho llevaba un escudo con una “S” y una
“W” separadas por un rayo, y en el izquierdo un círculo con una especie de
estrella sin un lado. El guerrero lucía unos resplandecientes ojos azules y,
además de sus alas, lucía como extremidad extra una larga, flexible y muy
resistente cola.
Sailor Galaxia lo
miró sintiendo una emoción que no podía explicar. El guerrero era un extraño,
un desconocido, evidentemente muy poderoso… sin embargo, su energía no era
maligna. Su presencia inundaba de paz y seguridad a quienes lo rodeaban,
excepto, claro, a su enemigo. Él miró al monstruo, no sin cierto desconcierto
al descubrir que se regeneraba, luego se dirigió a Sailor Galaxia tendiéndole
su mano para ayudarla.
— ¿Te encuentras
bien?
Su voz era
maravillosa: varonil, segura, confiada, transmitía eso, seguridad y confianza;
tenía un efecto de resonancia, como un eco integrado, aunque su volumen de voz
era normal.
Sailor Galaxia
aceptó con mucho esfuerzo la mano del guerrero e inmediatamente sintió cómo un
flujo de energía recorría su cuerpo sanándola y recuperando sus fuerzas. En ese
momento toda la atmósfera de aquel planeta de cristal cambió. Al principio se
sintió como una ola de agua helada que en un instante se volvió cálida. Había
algo en esta nueva atmósfera, que obviamente era creada por el guerrero, que
hizo que todas las Sailor Crystals y los soldados se recuperaran, sanaran sus
heridas, desaparecieran los efectos de las esporas y recuperaran sus energías.
Galaxia miró al guerrero con intriga en sus ojos. Deseaba con todas sus fuerzas
hacerle la pregunta. Pero él la tranquilizó con la mirada y le hizo saber que
eso no era lo más importante en ese momento.
Pero el monstruo no
tenía la misma paciencia. Cuando se recuperó y vio que todas las Sailors y los
soldados sanaban se puso furioso.
— ¡Maldito
entrometido! ¿Cómo te atreves a venir e interrumpir mi misión? ¡¿Quién eres?!
El guerrero cubrió a
Sailor Galaxia con sus alas y se giró para darle la cara al monstruo y
responder. Aunque por un segundo una chispa de ironía pasó por su mente. Pensó
en Luis Arturo, el joven introvertido que escribía historias sobre los Star
Warriors en su computadora, que se la pasaba viendo caricaturas como Sailor
Moon para inspirarse y en cómo se las ingenió para que su personaje se
presentara igual que lo hacía la Sailor Scout. También pensó en Luis Arthur, el
niño que se convirtió en joven guerrero, que usó una máquina para entrar a las
caricaturas y copiar los poderes de sus personajes favoritos, y recordó también
la primera vez que, convertido en un Time Fighter, hizo una presentación ante
un enemigo y cómo esa presentación estaba inspirada en las presentaciones de
Sailor Moon; luego esa misma presentación fue modificada el día que decidió
asumir su responsabilidad como Star Warrior. Era toda una ironía que estuviera
a punto de presentarse de esa forma, precisamente aquí, en la dimensión o mundo
de Sailor Moon.
—Yo soy el Príncipe
Lagr del planeta Alhar y soy un Star Warrior que lucha por la paz, el amor y la
justicia. ¡Soy el líder de los Time Warriors, el Dragón de la Fuerza…! ¡TIME
ONE!
Continuará…
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En el Siguiente sub-capítulo:
Oficialmente, esta es la
primera vez que Time One lucha frente a una Sailor, o que lucha por protegerla.
El monstruo no está destinado a durar mucho con vida. Mientras tanto, en la
tierra, el resto de los Elegidos enfrentan otro tipo de dificultades.
SM&SW-0.23: Time One, El guerrero de las Estrellas.
No cabe duda. El que no quiere
ser salvado, ni para qué hacer la lucha…
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